Del 29 Abril al 2 de Mayo 2017

Aprovechando los cuatro días de puente, nos daremos una escapadita a Portugal, para investigar una nueva zona del pais vecino.

Dos años antes, empezó esta historia, tomando un café frente al Atlántico…

Parecía que no iba a llegar nunca… pero por fin es puente!! Y no un puente cualquiera, un súper puente porque nos hemos ido con el Club Iberutas 4×4 a LAS AZORES!!

Este viaje comenzó diferente a lo que estamos acostumbrados en 4×4, la primera reunión fue en la T2 del aeropuerto, para embarcar las maletas. Y lo más sorprendente de todo es que pasamos el control sin ninguna incidencia,  pese a todos los que íbamos. Las maletas iban bien rellenas (eslinga, compresor, kit repara pinchazos, rollo de cinta, bridas de diferentes tamaños, guantes, fusibles de coche y sobre todo de emisoras y sus antenas de imán, tomas dobles de mechero o duplicador, Velcro tipo 3M o Wurth….)
Comenzamos la aventura con la primera anécdota del día, un pequeño retraso a la hora de coger el segundo vuelo, Lisboa-San Miguel, porque el avión ha pinchado una rueda! Pudimos ver en directo como cambiaban la rueda delantera del avión.

A la llegada a la Ilha De Sao Miguel, nos estaba esperando nuestro compi Vítor para llevarnos en un par de coches 4×4 y una minivan al hotel. ¡Qué pasada de hotel!, habitaciones enormes y al borde de un acantilado… HOTEL PEDRAS DO MAR (Súper recomendable) http://pedrasdomar.com/en/hotel/ Lo malo fue que llegamos todos tan cansados que cancelamos la primera copa para coger unas pocas de energías. En azores son 2h menos y eso se notó.

Llego el  primer día “Las Chicas” fuimos a dar un paseo por el centro  de Ponta Delgada mientras “Los Chicos” recogían los 4×4 de Alquiler. La primera parada que nos hicieron Anabela y Carla,  nuestras guías, fue en el mercado central… (Que bien nos conocen) Allí, aprovechamos para comprar algo de fruta, imanes y algún que otro detalle. De ahí, a la siguiente parada,  la Farmacia donde picamos también varias de nosotras,  para acabar viendo la catedral y tomar un cafecito en la plaza central. Tengo que hacer especial mención a Raquel que demostró una vez más su dotes comerciales para conseguir casi todo lo que se propone… en este caso la wifi de la tienda de al lado de la cafetería.
Una vez todos en marcha y cada uno en su 4×4, Pick up o SUV, decidimos hacer una pequeña ruta alternativa hasta llegar al sitio de comer. Como os imagináis fue demasiado corta ya que aquí comen a la 13:30!! Comentaría algo del restaurante pero ya no me acuerdo mucho… salvo que nos pusieron un Buffet. De lo que si me acuerdo es que nuestros guías, una vez más mostraron su amabilidad dándonos un chupito de licor de Maracuyá que estaba buenísimo. Y además nos dejaron una nevera… que como ya sabéis es el accesorio más importante del 4×4, (ahí guardamos los hielos para nuestras paradas)
Después de comer, entre vegetación, continuamos ruta hacia la cresta del Lago das Sete Cidades, bueno mejor dicho, lo intentamos. A algunos de nuestros compis les dieron un Nissan X-Trail como vehículo para el campo… y pudimos comprobar que es un coche solo para carretera y caminos ocasionales. Ya que en el primer repecho se quedaron atascados y no eran capaces de avanzar sin eslingarlos. Una riada había movido las piedras y dejado regueras. Al final, al no poder superar la rampa, tuvieron que dar la vuelta y buscar un  camino alternativo más sencillo, al mirador, acompañados de Eduardo, lo hicieron sin más contratiempos que alguna rascada en algún vaden del camino. Llegaron arriba un poco mas tarde, pero la verdad es que esta vez no se perdieron nada ya que debido a la niebla no pudimos ver las maravillosas vistas del volcán y el lago… menos mal que nos enseñaron alguna foto.
Visitamos también “Caldeira Velha”, Dejo unas fotos porque no hay párrafo que pueda describirlo correctamente. Por un momento, no sabía si seguía en las Azores o me había trasladado al Brasil tropical. Lo más curioso fue encontrarnos espacios donde el agua manaba a 100ºC. Formando unas piscinas naturales, donde los bañistas, parecían encontrarse muy a gusto.
Sorprendentemente llegamos al hotel con tiempo, (algo que ha pasado durante todo el viaje). Nos aseamos un poquito, que esa noche teníamos evento…. Paloma pidió matrimonio a Jesús! Contrató música y todo! Dejamos un video para que se pueda ver el romanticismo del momento. Jejeje.
No lo he comentado antes pero falto por llegar una maleta. Justo se perdió la maleta de
Paloma con el álbum de la pedida, menos mal que llegó a tiempo para la cena.

El día siguiente, iniciamos las segunda ruta, haciendo una parte de los tramos del European Rallye Azores. Comenzamos con unos paisajes verdes, de todas las tonalidades, pastos salpicados de vacas, llegando al lago Sao Bras, muy bonito con un tupido bosque alrededor. Bajando a Sao Brás pudimos contemplar la costa sur desde una gran altura. Incluso se creó la polémica de si podíamos estar a 700mts sobre el nivel del mar o no. Hacia mediodía, a las 12:30h exactamente, llegamos a Lagoa das Furnas. A esa hora en punto sacan de la tierra el plato más típico, un “cozido” que se ha hecho dentro de la tierra con el calor de los geiseres. Una vez fuera las ollas, son transportadas al restaurante Toni, en furgoneta. Así que nosotros detrás, fuimos hasta el pueblo a comérnoslo y de paso nos encontramos con una pequeña procesión.
Tenemos que decir que el Cozido no se parece en nada al español (porque estaba muy bueno, solo que no tiene ni sopa, ni garbanzos). Os adjunto una foto
Por la tarde, con la barriga llena, continuamos ruta, subiendo al mirador del lago y como el tiempo acompañaba, pudimos disfrutar de un Gin-tonic, servido y preparado en la Pick Bar. Disfrutando de una de las mejores vistas de la isla: el lago Furnas creado en el cráter de un volcán, y el pueblo de Furnas de PovoaÇao desde lo alto. De camino, disfrutamos de más paisajes, El Lago do Fogo, donde la niebla se echó en 5 minutos, bajando a continuación paramos en una cascada, en esta época con poca agua, La Cascada do Cabrito. Donde echamos unas risas entre piedras, salpicaduras y la Cabra en el alto. De ahí su nombre.
Volvimos al hotel a una hora prudente y fuimos a cenar a la “Cooperación Agrícola”, para mí fue la mejor noche ya que soy bastante carnívora y el entrecot se deshacía en la boca. Y el restaurante muy moderno y bien decorado.
Aprovechamos la fruta que compramos en el mercado para condimentar el “bajativo” de la noche, una vez mas en el Pick Bar (versión especial de la Ford Ranger).

Y sin darnos cuenta, llegó el lunes y con él, el ultimo día del viaje. Nos levantamos con un aire que hizo volar hasta las palmeras del hotel. Pero eso, no nos impidió hacer la ruta prevista. Estuvimos por la zona acantilada de Ribeira Grande, visitamos el mirador de Santa Iria, de impresionantes vistas, pero donde debíamos agarrarnos para no volarnos. A continuación una Quinta de producción de té llamada Cha Gorreana, donde pudimos comprobar cómo se recoge y elabora el famoso te de Azores. Y para acabar la mañana dimos un paseo por el Parque Natural da Ribeira dos Caldeiroes, precioso Jardín, lleno de cascadas y molinos.
Una improvisada comida, en un sitio modesto, daba paso a la tarde, donde hicimos la Rota Da Tronqueira, los km más famosos del Rally Azores y para mí, además fue el camino más bonito de todo el viaje… en mi interior iba sintiendo la emoción que rezumaba el sitio como si estuviésemos en pleno evento. Aunque a los pilotos no les da tiempo a disfrutar de aquellos bonitos paisajes y bosques. El camino de tierra roja volcánica estaba en perfecto estado y todos los coches 4×4 y SUV, disfrutaron de lo lindo del recorrido.
El tramo acababa en un bonito vadeo, y unos senderos flanqueados de Plataneros, que nos brindaron bonitas imágenes.
La mejor forma de acabar el día era dándonos un bañito en las aguas termales de Poça de D. Beija (4€/persona), en Furnas. Agua calentita y con mucho azufre, vaya olor, aunque al final te acababas acostumbrando. Tuvimos un poco de mala suerte ya que al ser una fiesta internacional había demasiada gente. Y por fin pudimos descubrir cuál era la sorpresa para este viaje. Vitor y Carla nos regalaron una Taza (también unos bombones y té autóctonos) que llenamos del agua caliente de una fuente natural,  para hacernos un té. Y seguimos vivos, y sin cagalera!! Una experiencia única. Pero sihhh… entre nosotros… no sabía nada bien. Algunos probaron la fuente que había al otro lado de la calle, y sus caras no decían nada bueno de esa agua.
De vuelta al hotel, con tiempo para relajarnos. Esa noche cenábamos pegaditos al hotel en Rabo de Peixe, pueblo marinero, fue una cena muy divertida y donde pudimos comprobar nuevamente la amabilidad de los portugueses que nos invitaron a probar los platos de su mesa. Me encantaron las LAMPS (lapas para los españoles).

OH, OH llegó el martes, rico desayuno en el hotel, recoger maleta, dejar habitación y subirse a los coches para dejarlos e ir al aeropuerto y volar a Madrid… todo claro hasta aquí no??
Pues como no podía ser de otra forma, una aventura es aventura hasta el final. Nada más empezar, el coche de Carlitos no arrancaba, nos reorganizamos, y conseguimos llegar al aeropuerto. Aun había que ir a devolver algunos coches a la ciudad, tras el caos y algún cabreo, nos reunimos todos en la puerta de embarque. Embarcamos y el primer vuelo a Lisboa salió con retraso, además para colmo de males, estuvimos 10 minutos dando vueltas encima de Lisboa. Así que entramos a la terminal y unas azafatas nos indicaban que corriéramos a la puerta E62. Lo que implicó que Eugenio y Cristina no llegase al segundo vuelo (tuvo suerte, le salió bien la indemnización) y que el resto no recibiéramos la maleta… hasta el día siguiente. El lado bueno, nos libramos de empezar a poner lavadoras y llegamos a tiempo de ver ganar al Madrid al Atlético 3 a 0. Y al día siguiente, fuimos recibiendo las maletas cada uno en casa.

Así llegamos al fin de este viaje. Sera difícil de superarlo.
Especial agradecimientos a Carla y Vitor, nuestros amigos Portugueses. A Paula y Pedro, nuestro fotógrafo intrépido. Y a Anabela y Adriano, nuestros guías locales, siempre dispuestos con su ejército y vehículos.

Por: Verito Lacasito.

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