13 y 14 de Junio

De nuevo visitaremos las tierras Riojanas, de la Sierra de la Demanda, para recorrer sus pistas y observar sus paisajes. Alojándonos en un verdadero Monasterio

De nuevo convocados por el Club Iberutas 4×4, nos dirigimos hacia La Rioja, para participar en una nueva edición de la ruta de Los Monasterios en este caso la décima.
El viaje de ida, ya prometía, una vez abandonamos la A1 en dirección a Salas de los Infantes, para adentrarnos en la sierra de la Demanda, hasta el Monasterio de Valvanera. Pero la belleza de los paisajes mereció la pena.

El monasterio situado en la falda del pico San Lorenzo, de la sierra de la Demanda, esta en un lugar excepcional, lejos de cualquier pueblo y sin cobertura de móvil.
Dado que el monasterio y su hospedería, esta regida por los monjes, el horario de cena fue bastante temprano, con un menú casero, típico riojano.
Tras la cena una reunión en el salón principal, sirvió para las presentaciones y la animada charla, acompañada de alguna que otra copa, hasta entrada la madrugada.
Por la mañana, y tras la incorporación de Ana, Juanma y familia, venidos desde Silo. Se procedió al breafing explicativo y nos pusimos en marcha haciendo 2 grupos, ya que éramos 18 coches.
Un breve enlace por carretera, nos internaba en la pista que bordea el embalse de Mansilla, donde Miguel Angel, le hizo los primeros kilómetros a su flamante Land Cruiser. Después iniciamos una espectacular subida de 11kms hasta el pico San Lorenzo. Donde un poco antes de coronar realizamos una breve parada para el almuerzo.
De nuevo en marcha, recorrimos toda la cuerda de la sierra de la Demanda hasta el lugar llamado la Cruz de la Demanda, bajo una lluvia y granizo intensos.
Desde ese punto y tras aclarar la perdida de algunos participantes, iniciamos un descenso, hasta el punto de comida, situado en la ermita de La Soledad, en el mismo limite con la provincia de Burgos. Pero la lluvia seguía acompañándonos, por lo que decidimos acercarnos hasta Canales de la Sierra en busca de un cobijo.
La amena comida, la pudimos celebrar en el Bar La Picota, donde nos cedieron sitio, mesas y sillas para comer. Como siempre en Iberutas, hubo buen ambiente, y disfrutamos de la sobremesa.
El recorrido de tarde, nos llevo hasta las lagunas de Neila, atraves de pistas forestales, entre ligera o intensa lluvia según íbamos pillando la tormenta.

El paseo para visitar las lagunas, resulto muy agradable, y amenizo la tarde, en plena naturaleza. Visitamos la laguna larga y la laguna negra a pie.
Aprovechando justo un claro en el cielo.
Ya solo nos quedaba la vuelta, pero antes Rodrigo propuso bajar a visitar el nacimiento del rio Arlanza. Una vez admirado como brota el agua del suelo, en medio de una verde pradera. Volvimos hasta Neila y Villavelallo, hermoso pueblo, que travesamos por su interior, desfilando los coches de uno en uno, ante la admiración de los lugareños.
Ya de vuelta una parada en Venta Goyo para repostar y visita al monasterio, o cervecita en el bar, antes de la cena.
De nuevo hubo copa y tertulia posterior a la cena resulto de lo más interesante y divertida.
El domingo amanecimos bajo un sol espléndido. Nos esperaba una etapa a latitudes más bajas, y con más vegetación que la anterior. Una vez pasado Anguiano, nos introdujimos en una zona cerrada de vegetación que escondía un bonito vadeo, que nos daba paso a los llamados Altos de Matute. Una enorme mole de piedra rojiza de gran belleza.
A continuación un hermoso de bosque de hayas, nos encerraba bajo su vegetación, para llegar a Villaverde de Rioja. Una parada en el alto, sirvió para celebrar un breve almuerzo, y es que los Iberutas no lo perdonan, ni un solo día.
Tras atravesar unos bonitos pastos, descendimos hasta el Monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla. La cuna del castellano y el vasco escrito. Una interesante visita al monasterio fue el complemento a una mañana perfecta. Tras la visita celebramos la comida final de ruta en un merendero enclavado dentro del valle.
De nuevo la camaradería brillo entre los participantes, compartiendo viandas, bebidas, postres y café. Pero la lluvia nos interrumpió, no pudiendo tomar el café y el postre…
Ya solo quedaba la despedida, pero Eduardo nos tenía reservada una propina en forma de un corto atajo, hacia Santo Domingo de la Calzada. Un ascenso casi vertical atraves de una pista en zigzag, desembocaba en un bonito y tupido bosque de robles.
La pista nos llevo hasta Pazuengos y el pueblo abandonado de Villanueva, donde ahora si, dimos por finalizada la ruta por pista.
Solo faltaba buscar un lugar para tomar café, que fue a las afueras de Santo Domingo, ya que el parador tenía la cafetería cerrada.

Agradecer las atenciones del Padre Jesús y su equipo en el Monasterio de Valvanera y a las autoridades del Gobierno de la Rioja.
Texto y fotos: Eduardo Celdran Oteo

¡MIRA LAS FOTOS!