19 y 20 de Octubre de 2013

En esta nueva edición, realizaremos rutas diferentes a las del año anterior. Combinando un alojamiento especial con la mejor gastronomía.

Para dar comienzo a la nueva temporada de rutas, que mejor que desplazarse a un lugar recóndito, apartado de cualquier ruta principal, como la comarca de Las Hurdes.

Día 18 de Octubre, nos reunimos en Las Mestas, en la Hospedería Real de las Hurdes, un excepcional lugar para comenzar una ruta. Poco a poco los participantes iban llegando a este aparatado lugar a caballo entre Salamanca y Cáceres.

Una vez todos reunidos nos desplazamos al Hostal Riomalo en Riomalo de abajo para la cena. Como siempre en esa casa las cenas son espectaculares, tanto en sabor como en cantidad.

 Día 19 de Octubre, Amanecimos con una bellas vistas de los pinares cercanos pero bajo una fina lluvia, que pronto paro dejando paso al sol. Lo ideal para un día de ruta.

 Arrancamos nuestro trayecto tras el Breafing pertinente. Con un breve enlace por carretera, para evitar la circulación por caminos en Castilla León.

 En Lagunilla tomamos contacto con las primeras pistas, que nos llevó a visitar el pico Calama, bajo una niebla hicimos una breve parada, y descendimos por las pistas que se abren paso entre los cortafuegos, tan impresionantes de la zona.

 A continuación, y tras divisar el embalse de Gabriel y Galán desde lo alto, descendimos hasta su rivera para visitar el poblado de Granadilla. Un curioso paraje, que debía haber quedado bajo las aguas y que la Junta de Extremadura ha salvado para el turismo rehabilitando sus murallas, torre y casas interiores de la fortaleza.

 Tras la visita, en las afueras de Granadilla, paramos a comer, de nuevo un despliegue de mesas, y viandas. Al más puro estilo Iberutas 4×4.

 Tras la comida, las risas y la charla, nos pusimos de nuevo en ruta, bordeando el pantano en dirección de nuevo a las Hurdes.

 Ahora estrechas pistas entre muros de piedra nos acompañaban. Pronto comenzamos el ascenso de nuevo, en busca de la sierra del Gorrero.

 Ya solo quedaba la última parte de la ruta, visitando la sierra de Los Angeles, donde se encuentra el puente de los Machos y el Chorrillo.

 Como no hay sitio para los 14 coches de la ruta en ninguno de los dos sitios, decidimos partir el grupo en dos, para facilitar el acceso.

 Así un grupo bajo primero al puente de los Machos, realizando la caminata entre la espesa selva, hasta este puente de pizarra. Y el otro grupo ascendió hasta la cascada de los chorrillos, para poder fotografiarla desde su mirador.

 Y a continuación, intercambiamos los grupos.

 Una vez terminado, nos reunimos en la Gasolinera de las Hurdes, para repostar los vehículos y emprender la vuelta hasta el hotel.

 Pero aun había ganas de más marcha así que improvisamos una ruta de orientación con GPS, para volver al hotel.

Así que desde Vegas de Coria, tomamos una pista que en ascenso continuo nos llevó hasta el Collado de los ladrones. Donde ya se nos hizo de noche.

A continuación debíamos descender por un ancho cortafuegos, hasta el Aeropuerto forestal e las Hurdes. Recorrimos su pista de aterrizaje, con la sensación de estar a punto de despegar… Y claro nos pasaos el camino de salida.

Retomada la ruta, el descenso muy pronunciado, nos llegó al fondo del valle en un instante. Solo nos quedaban un par de kilómetros hasta el hotel.

Por la noche repetimos la jugada de la noche anterior bajando a cenar al Hostal Riomalo, y vuelta al hotel para la tertulia y las copas.

Día 20 de Octubre, Tras el desayuno, nos poníamos en marcha, bajo un sol espléndido. Rápidamente tomamos una buena pista que junto al rio Alagón, nos llevó directamente al famoso meandro del Melero. Punto emblemático de Las Hurdes.

Una parada con foto de grupo, era obligada, antes comenzar la fiesta del 4×4. Consistente en el ascenso, de una serie de cortafuegos, siempre dentro del camino, que ponían los pelos de punta al más experto. Pero que todos pudimos superar con éxito y deleite.

Pero cunado asciendes, siempre debes descender después, y eso nos gusta. Así que con igual animo descendimos los cortafuegos, reductora engranada, y disfrutando de la conducción.

Una vez superado el puerto de Horcajo, ascendimos de nuevo al Collado de los Ladrones, que la noche anterior habíamos pasado, casi sin verlo. Allí un nuevo cortafuegos, inédito, nos esperaba, subidas y bajadas continuas, con troncos atravesados en el camino. Nos tuvieron entretenidos parte de la mañana hasta el almuerzo. Almuerzo que celebramos en el mejor sitio posible en lo alto del Pico Cordón, con todas las Hurdes a nuestro alrededor.

Aun teníamos por delante muchos kilómetros de pista hasta Nuñomoral, lugar donde finalizaban los tramos de pista. Y desde donde nos dirigimos a El Gasco, el pueblo más perdido de las Hurdes. Y a la vez el más típico de todos. Un paseo por sus callejuelas te transporta a otra época. Donde los habitantes de este pueblo carecían de lo más básico y se encontraban aislados del mundo.

De vuelta solo nos quedaba buscar un buen sitio para la comida final en el campo y la despedida de los que viven más lejos. Lo encontramos en Rubiaco junto al rio Hurdano. Así que con esta comida dimos por concluida la ruta.

Agradeciendo  a Terranatur su colaboración, a la Hospedara real de Las Hurdes, su acogida y al Hostal Riomalo, su buen hacer y buena cocina. Esperamos volver pronto por estas tierras, que tan bien nos acogen.

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