12 al 14 de Octubre

Durante el puente del Pilar, hemos disfrutado de buenas rutas 4×4, bonitas visitas culturas y rica gastronomía.

El puente del Pilar, se ha convertido en una de las citas, mas esperadas del año en Club Iberutas 4×4. Y no podíamos defraudar, así que en una de las zonas más bellas de España, preparamos un recorrido, muy variado alternando visitas culturales y buena gastronomía.

Nos reuníamos el Jueves 11 por la noche en Medina de Pomar, centro neurálgico de Las Merindades los 17 todoterrenos inscritos. El hotel Alhama como en anteriores ocasiones nos acogía, de la mano de su dueña Arancha. Tras la cena, procedimos al reparto de rutometros y carga de GPS ya en la sala de juegos.

Tras unas copas y buena charla nos fuimos a dormir, que al día siguiente habría mucha tela que cortar.

El sábado amaneció nublado y tras el Breafing explicativo de la etapa, iniciamos el recorrido. Primero atravesamos la localidad de Medina de Pomar, para luego ir visitando sus pedanías, entre entretenidos caminos, primero fue Miñón, después Villanueva de la Lastra, y bordeando el nuevo campo de Golf de Villaarias, llegamos a la primera dificultad del día. Una zona en V, donde los vehículos debían pasar sin dejar caer ninguna rueda en el fondo. A continuación una serie de cruces provoco la primera perdida del día y Luis, Juanjo y Pedro, tuvieron que ser reconducidos al buen camino de la mano de Eduardo.

De nuevo todos en ruta, realizamos en la ermita de Ntra. Sra. de Mijangos, de la cual aun quedan sus cimientos. La siguiente parada seria en el castillo de Tedeja, justo encima del cañón del Ebro y de Trespaderne. Tras su visita un improvisado almuerzo, sobre el parachoques del nuevo Jeep de Juanjo, nos supo a gloria justo antes de ponerse a llover.

Un bonito camino entre barro y pinos nos llevo hasta Cillaperlata, debiendo maniobrar para acceder al pueblo por la estrecha presa del pantano. Los asombrados habitantes, se sorprendían al ver pasar tantos 4×4, teñidos de barro, pero el espectáculo llamaba la atención de los más pequeños.

Un camino muy arreglado nos llevo hasta Frías, lugar de comida junto al rio y puente romano. Que mejor sitio para compartir entre amigos una comida campera que se convirtió en una degustación de delicatesen, que si croquetas de Rosa, Empanada de Sonia, Salchichas hechas por Santiago y Eduardo, bizcocho de Belén…

Tras la comida, un paseo por el pueblo de Frías y un café en alguno de sus establecimientos, sirvió para iniciar la tarde. A continuación visitamos la ermita de Tobera, junto a una piedra y la cascada que hay junto a ella.

De nuevo en ruta nos dirigimos hacia Montejo de Cebas, Cuezva y Garoña, pequeños pueblos, a la falda de los montes Obarenes, ahora reserva natural. Y nos dimos de frente con la famosa Central Nuclear de Garoña, quieta e inmóvil y que ha traído muchos puestos de trabajo en la zona.

Tomamos de nuevo pista en Barcina del Barco, esta vez unas buenas pistas que nos llevaron hasta La Herrán donde realizamos una parada, para visitar su hermoso desfiladero a pie. Desfiladero que es un paso natural al País Vasco y que sirvió como punto de paso a contrabandistas.

De nuevo nos pusimos en marcha pasando por pequeños pueblos, que nos llevaron hasta Pedrosa de Tobalina, donde nos esperaba una nueva parada en su hermosa cascada formada por el rio Jerea.

A continuación el siguiente punto de interés seria el antiguo convento de Cadiñanos. Y en el plano 4×4, un recorrido junto al rio lleno de roderas y dificultades, ponían difícil el avance. Solo nos quedaba el ultimo tramo de ruta, y estaba anocheciendo, ya por pistas anchas y algún pequeño camino alternado, llegamos a Cebolleros, donde una nueva parada nos mostraba el curioso castillo que un particular ha edificado piedra a piedra.

Entrada la oscuridad, llegábamos por últimos a nuestro hotel.

Tras un breve descanso nos esperaba la cena en la Cervecera Los Pinos, con un excelente y abundante menú. De nuevo una tertulia en el salón de juego ponía fin a la intensa jornada.

El sábado, amanecía con niebla, e iniciábamos la ruta en mitad del misterio, que la poca visibilidad ofrece. En esta ocasión el recorrido visitaba las pedanías de Pomar, Villamezan y Santurde. Los caminos llenos de roderas, despistaban a Manuel y Pablo, que por un momento estuvieron perdidos en ele recorrido.

De nuevo en el camino correcto, pasábamos por Miñón, El Vado y Paralacuesta, donde se encuentran las mejores huertas de lechugas de la zona. Tras cruzar la nacional en Moneo nos internábamos en el bosque en Almendres. Realizando una emocionante subida llena de piedra hasta los verdes prados de Valdeluengo, donde las mandas de caballos salvajes y vacas autóctonas, nos esperaban.

Pero también nos esperaban bancos de barro, y profundas roderas, donde el Galloper de Luis quedo atrapado, siendo rescatado por Rafa. El resto puedo evitarlas gracias a las indicaciones de Eduardo, llevando una ruda por cada lado de la zanja.

Entre prados y bosques continuamos nuestro recorrido, hasta la hora de comer en una agradable y soleada pradera. Enrique, Santiago y Eduardo se pusieron manos a la obra para preparar un aperitivo de morcilla de Burgos para todo el grupo. Finalizando la comida, un grupo de caballos salvajes se acercaron a saludarnos, haciendo las delicias de los más pequeños.

Tocamos asfalto en Oteo, pueblo del apellido de Eduardo, así que no se pudo resistir a hacerse la foto junto al cartel del pueblo.

Ahora los estrechos caminos nos acompañaban, y entre Bóveda de la rivera y Rosales, el camino se ponía interesante, lastima que estaba un poco seco.

En rosales, visitamos el mirador de Las Merindades, desde donde las vistas, permiten hacerse una idea de todo el valle y de Medina de Pomar.

A continuación visitamos San Martin de Mancobo un pueblo abandonado, de los tantos que hay en la zona y donde aun se mantienen en pie grandes casas de piedra.

Bajando hacia Villacomparada, nos encontramos con un gentío impresionante en el circuito de 4×4, donde se disputaba una prueba de carreras extremas, en las que todo vale y terminan destruyendo los vehículos. Pero nuestro interés se encontraba en una interesante visita al convento de Santa Clara, donde pudimos aprender la historia de la zona y sus monumentos.

Poco tiempo quedaba ya para descansar, ya que la hora de la cena y la cervecería nos esperaban.

El domingo la jornada comenzaba un poco antes, para poder visitar el circuito de El Vado, donde el Club Merindades, nos permitió probar y disfrutar de nuestros 4×4, en sus subidas, bajadas, inclinaciones laterales, pasos de cresta, zanjas, etc. Fue una buena manera de poner a prueba a pilotos y copilotos en medio de un buen ambiente de compañerismo y ayuda.

A continuación nos esperaba la visita al museo que se alberga dentro del castillo Alcázar del Medina de Pomar.

Una visita muy interesante, que termino con un breve recorrido por el centro histórico y la comida final en el Restaurante Martinez de la localidad. Un buen menú con paella y cordero asado, puso fin a un puente muy intenso.

Desde aquí agradecer al Ayuntamiento de Medina de Pomar, Merindad de Valle de Tobalina y Merindad de Cuesta Urria por habernos permitido realizar este recorrido. Esperamos poder repetir en los siguientes años.

¡MIRA LAS FOTOS!