12 y 13 de Mayo



Esta inédita ruta, se ha hecho candidata a repetirse en los próximos años, por su belleza y su dureza…
A las afueras de León nos dimos cita los 15 vehículos participantes, en esta nueva ruta de Iberutas 4×4.
El viernes por la noche la organización tenia prevista una cena de bienvenida en un fantástico lugar, llamado de Cueva San Simón en Valdemimbre, muy cerca de León. Se trata de un restaurante dentro de una cueva subterránea.
Tras la cena aun nos quedaban ganas de tomar algo en el bar del hotel Villapaloma.
El sábado por la mañana amaneció soleado y caluroso, nos pusimos en marcha, tras el breafing, reparto de rutometros y carga de GPS. Salimos por el mismísimo trazado del Camino de Santiago, para unos metros mas adelante dar un rodeo al aeropuerto de León, por unas rotas pistas, que nos llevaban directamente a un pequeño circuito de 4×4. Donde mayores y algún pequeños disfrutaron subiendo y bajando rampas.
De nuevo en marcha una zona donde el agua y el barro, aun permanecía intacto. Una larga charca hizo que María, que venia por primera vez, quedara “atollada” como dicen por León. José con su flamante Jeep acudió al rescate, sacando la pick up sin muchas dificultades.
El resto de vehículos consiguieron superar el tramo sin mayores problemas, presentándose puntuales a la zona del almuerzo. Donde la organización, gracias a Carlos de León, sirvió un almuerzo a base de productos leoneses, como la cecina.
Continuamos ruta, asomándonos a un bonito valle del rio Luna, al cual descendimos, para acceder a Tapia de la Ribera. Tras visitar su torre a pie, localizamos un lugar para celebrar la comida a la sombre, junto a la presa del pantano.
Como siempre en Iberutas, la parada de la comida se extendió un buen rato, café y copa incluidas.
Todos la superamos sin problemas y nos presentamos al vadeo de Soto y Amio, aunque hubo que superar una trialera en bajada.
Tras el vadeo comenzábamos un recorrido de gran belleza, que primero nos llevaba a bajar por un verde valle que nos llevo hasta Villaceid. A continuación el camino se encajonaba en el rio hasta La Velilla. El recorrido nos brindo 5 o 6 vadeos que divirtieron mucho a los asistentes.
Ya nos quedaba poco para el final de etapa, tan solo un tramo que medio ambiente no nos permita pasar.
El final de etapa en Pandorado, significo, el reparto de alojamientos, en esta ocasión habíamos elegido unas casas rurales, donde el grupo se repartió para dormir.
La actividad de la tarde consistió en visitar el viejo molino que Pepe, ancianos de 89 años, cuida y mantiene desde hace años. Tras visitar el molino, la fuente y su cocina de secar embutido, con la explicación de todo el proceso de mano de Manuel, alcalde de Riello. Nos dispusimos a cenar en Pandorado. El mesón Resthy, y su dueña Geli nos dieron una estupenda cena, que acabo con las ganas de juerga.
La segunda etapa, nos citaba de nuevo en Pandorado para tomar la salida. Nos pusimos rumbo a Salce, por una estrecha carretera. Aquí comenzaba una de las más bellas pistas que hemos recorrido últimamente. Pista que ascendía hasta unos verdes prados con caballos salvajes, donde el barro nos esperaba. Aunque todos pudimos superarlo sin problemas. Iniciamos el descenso, por una pista rocosa, que nos llevo hasta Abelgas.
Solo nos faltaba el ultimo tramo de ruta, pero una marcha ciclista con 150 bicicletas, nos hacia dudar si continuar o esperar a que pasaran.
Finalmente las noticias eran que venían con retraso así que decidimos iniciar la marcha y esperarles en las praderas de la próxima cima. Pero había mas barro del previsto en la subida. Los cual nos retraso por varias atascadas, entre ellas la de María y su pick up.
Así que los ciclistas nos alcanzaron en ese punto, menos mal que justo había rodearas laterales al camino, para evitar el barro y pudieron pasar cómodamente.
Nos detuvimos, y disfrutamos del espectáculo, la valentía y el pundonor de los ciclistas, animándoles como, si del Tour se tratara.
Finalmente continuamos marcha, hacia las embarradas praderas de la cima, que esta vez también superamos sin contratiempos.
La guinda de la ruta, suponía la última bajada, con el embalse de Barrios de luna al fondo.
Llegamos a Malló de Luna, donde tomamos asfalto para bordear el pantano hasta el Club náutico, donde nos esperaba la comida.
Para terminar, mientras veíamos la Formula 1, gran premio de Cataluña, degustamos un suculento Cocido leones.
Tras la comida, lo mas duro, la despedida. Y la promesa de repetir el año que viene y mejorar más aun el recorrido.
La fotos de Gustavo: https://picasaweb.google.com/gustavodiazsosa/RUTA4x4MontesDeLeon#