10 y 11 de Marzo

Nunca antes habíamos viajado por esta zona, y nos sorprendió la belleza de sus montes. Además de la histórica Guadalupe, también nos entretuvimos en una finca de caza.

Un amigo me dio la idea, con ocasión a la visita de su finca de caza. Y comencé el trabajo de preparar un nuevo itinerario, que nos llevara hasta Guadalupe. Inicialmente el trazado cruzaba parte de la provincia de Toledo, pero el servicio de medio ambiente, se encargo de estropear esa parte del recorrido, gracias a la prohibición existente en Castilla la Mancha. Así que variamos el recorrido, para realizarlo íntegramente por Extremadura, donde si somos bienvenidos.

El punto de encuentro fue Oropesa, junto a la autovía A-5. Los 22 participantes estaban puntualmente en la cafetería y con ganas de “marcha”. Tras un breve recorrido de enlace, a Puente del Arzobispo, límite entre Toledo y Cáceres, iniciamos el recorrido campestre.

La pista en un principio era buena y rápida, para después estrecharse entre vallas y entre roderas, para terminar en un caminito de hormigón. Un rebaño de ovejas nos detuvo unos minutos, mientras avanzábamos hacia Carrascalejo. El polvo era abundante, y todos comentábamos el invierno tan seco que estamos teniendo.

Pronto estuvimos a pie de la sierra de Altamira, y la atravesamos por un camino que desde Carrascalejo ascendía al puerto de arrebatacapas, bajando posteriormente a Navatrasierra, para tomas un bello y largo camino hasta Puerto de San Vicente.

Un pequeño tramo de carretera, nos llevaba hasta el lugar de comida junto al embalse de Cijara.

El día era espléndido y la comida en la pradera, resulto muy agradable y se alargo más de la cuenta. Estábamos a gusto, así que no importo demasiado.

Arrancamos de nuevo tomando una larga pista, que entre fincas, nos llevo hasta Alía, Siempre junto al rio Guadarranque.

Una nueva pista nos llevo hasta Calera, donde iniciábamos el último tramo del día, recorriendo la sierra de El Hospital del Obispo.

Aunque algunos, hicieron una parada en el bar de Calera, para tomar un refrigerio.

Entre pinos, al atardecer, pudimos ver un grupo de ciervos pastando tranquilamente en una pradera cercana al camino. A continuación una bajada por un cortafuegos, puso miga a la tarde.

El punto final de la ruta, seria en el Pico Villuergas, donde unas antiguas instalaciones militares protegiendo las antenas de comunicación, sirvieron para ver anochecer y como los pequeños pueblos de alrededor se encendían poco a poco.

De nuevo abajo, propuse una “propina” para alargar un poco más la ruta con una nocturna. Y así fue, atraves del la ermita del Humilladero y entre cerezos, realizamos un recorrido que nos dejo en Guadalupe.

El grupo, de coches que tenían que volver a Madrid, lo fueron haciendo desde Villuergas y el grupo que se quedaba todo el fin de semana, aparcamos, como pudimos en el Parador. Nuestro alojamiento, frente al monasterio.

El domingo, nuestro recorrido, visitaba la finca de caza, del amigo que me sugirió la ruta. Todos los días no se tiene la oportunidad de poder adentrarse en una de estas reservas, llenas de venados, jabalíes, corzos, gamos, muflones, etc.

La finca Silvadillo, está perfectamente equipada, y sus guardas Felix y Juan, nos explicaron con detenimiento los pormenores de la finca, y nos mostraron algunos de los animales, y es que saben dónde buscarlos, para enseñar orgullosos sus trofeos, antes de que sean cazados, en años venideros.

Otra curiosidad de la finca es el roble “abuelo” un inmenso árbol centenario, de extraordinarias dimensiones.

Tras la visita a la finca, iniciamos un pequeño recorrido, en el término de Cañamero, donde pudimos vadear el rio Ruecas y ascender una trialera, como final de ruta.

El final de ruta, seria en la estación de tren abandonada de Silvadillo, no sin antes cruzar un par de túneles encharcados. El lugar espectacular y solitario, sirvió de colofón a una ruta extraordinaria, por unas tierras desconocidas.

Para finalizar, regresamos hasta Guadalupe, por las vías de tren abandonadas de la antigua línea Talavera-Villanueva de la Serena, también conocidas como la vía verde de la Jara. Que por cierto en estas mismas fechas, fue escenario, hace 19 años, de la primera travesía organizada por Club Iberutas 4×4.

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