15 y 16 de Enero



Después de un año de ausencia, volvíamos sobre los paso de nuestra clásica ruta soriana.
Después de un año de ausencia, volvíamos a tierras sorianas, donde tan bien somos acogidos. De nuevo la cita era entre las localidades de San Leonardo de Yagüe y Navaleno.
El viernes por la tarde nos fuimos dando cita en el hotel La Reserva, donde su Staff siempre nos recibe amablemente. Una vez instalados, sobre las 21h nos dirigimos al restaurante El Hachero, donde Vitin nos desgusto con una cena espectacular. Tras la misma una tertulia en el salón de la chimenea del hotel cerró la jornada inaugural. Aunque algunos alargaron la velada hasta altas horas.
El sábado por la mañana y tras el desayuno iniciamos la ruta bajo un sol esplendido pero bajo una intensa helada. Las pistas aun duras, iban dejando paso al barro cuando llegábamos al “Mirador de la Galiana” desde donde se divisa el Cañón del rio Lobos. Tras contemplar el paisaje y hacernos una foto de grupo, iniciamos el descenso al cañón donde nos esperaba un agradable paseo hasta la cueva y la ermita.
Tras el tranquilo trekking volvimos a los coches para disfrutar de los paisajes de la zona, plagados de castillos, sabinares, bosques de pinos, pueblos abandonados y campos de cultivo hasta la laguna de la Fuentona, donde realizamos una visita a esta enigmática laguna de aguas cristalinas.
Tras la visita volvimos sobre nuestros pasos para comer a pie de la ermita de Muriel de la Fuente.
Como el día era soleado, la comida en el merendero resulto una delicia, y como siempre el grupo compartió viandas y en esta ocasión el café corrió a cargo de Miguel Ángel.
Nada más terminar de comer una trialera en subida, sirvió para evitar el sueño. Todos lo superaron sin problemas.
A continuación, tocaba la visita a Calatañazor, donde pudimos visitar el museo de la cocina tradicional, amablemente explicada por un lugareño. También visitamos algunas tiendas locales de venta de productos típicos.
Anochecía, y al salir de Calatañazor nuestro camino había desaparecido por una riada dejando un escalón de casi un 1Mt de altura. Rápidamente Eduardo improviso un camino alternativo, no exento de barro y entretenimiento. Llegando a Cabrejas del Pinar, ya era de noche, por lo que decidimos acortar directamente al hotel y mañana visitar la estación de Pinar grande.
El resto de la tarde, la dedicamos a la charla animada en la cafetería del hotel y de nuevo volvimos a El Hachero para cenar y a la vuelta de nuevo en el salón de la chimenea compartimos un rato mas de tertulia.
El domingo amaneció igual de soleado, iniciamos la ruta casi enfrente del hotel internándonos en pistas entre pinos. Una de ellas está en obra, por lo que Eduardo nos improviso un camino entre pinos que acababa en un pequeño vadeo. Donde Bárbara intento cruzar sobre el puente de madera, aun helado, resbalando sobre él.
Llegamos a la estación de Pinar grande, un lugar privilegiado dentro de los pinares.
De nuevo en ruta llegamos hasta Molinos de Duero y Duruelo, donde cruzamos el rio Duero, por el puente.
A continuación iniciábamos la ascensión a las cumbres del Urbion, la pista según íbamos ascendiendo tenia mas nieve, siempre dentro de un sol esplendido. Llegamos hasta la laguna helada a casi 2000mts de altura. Tras las fotos y observar los paisajes de la sierra de Guadarrama por el sur y la sierra de la demanda por el norte, descendimos hasta la laguna negra. Que se encontraba completamente helada. Tras la visita continuamos el road book, hasta Santa Inés, donde vadeamos el arroyo para acceder a la parte final de la ruta en El Quintanarejo. Para terminar antes una par de pasos difíciles para hacer hambre.
El restaurante Balcón de Brezal, donde Jaime y su madre nos esperaban con unas excelentes patatas con corzo, alubias pintas y carne a la brasa.
Dimos por finalizada la ruta tras la comida, regresando casa uno a su destino.
Hasta la próxima.