17 y 18 de Enero

Tras los temporales de nieve, nos enfrentamos al reto de poder ascender al Urbión, ¿lo conseguimos?

Un año más nos dábamos cita en la localidad de san Leonardo de Yagüe, para celebrar nuestra ruta a los pinares de Urbion, por tierras sorianas.
El viernes por la tarde nos fuimos dando cita en el hotel La Reserva, donde su Staff siempre nos recibe amablemente. Aunque esta vez esperaban a alguien famoso, no puedo ser, y algunas jóvenes del pueblo no pudieron ver al Duque, tal y como un extraño bulo las había llevado a esperar la llegada del grupo.

A las 21h nos dirigimos al restaurante El Hachero, donde Vitin nos desgusto con una cena espectacular. Tras la misma una tertulia en el salón de la chimenea cerró la jornada inaugural.

El sábado por la mañana y tras el desayuno iniciamos la ruta bajo un sol esplendido que contrastaba con el blanco manto del suelo. Iniciamos la ruta sobre pistas heladas que poco a poco iban dando paso al barro. Pronto el primer despiste del día, hacia que varios vehículos comandados por Nanda, cruzasen un pueblo por una ruta alternativa.
La primera parada del día nos llevaba al “Mirador de la Galiana” desde donde se divisa el Cañón del rio Lobos. Tras contemplar el paisaje y hacernos una foto de grupo, iniciamos el descenso al cañón donde nos esperaba una caminata por la nieve hasta la cueva y la ermita.
Tras el grato trekking iniciamos de nuevo la marcha, con un tramo en el que Eduardo nos obligo a circular de minuto en minuto para que todo el mundo se ejercitase en uso del rutometro y el GPS. La ruta nos llevaba entre pueblos abandonados, pinares y campos de cultivo hasta la laguna de la Fuentona, donde se realizaba la segunda parada del día. Allí nos esperaban los reporteros del Heraldo de Soria, que entrevistaron a los participantes sobre sus sensaciones en la ruta y la zona que visitaban.
Podéis ver la noticia en el siguiente enlace:
El Heraldo de Soria

Tras la visita a esta extraña laguna de aguas transparentes, volvimos sobre nuestros pasos para comer a pie de la ermita de Muriel de la Fuente. El día era soleado, aunque el terreno estaba nevado. Pero rápidamente y gracias a Jorge se prepararon varias latas de callos (Rogusa) y junto con el pan comprado por la mañana y el café preparado por Enrique, resulto una comida muy agradable.
De nuevo en ruta y para que no nos venciera el sueño, Eduardo tenía preparada una trialera en subida, nada más salir de la comida. Todos lo superaron sin problemas, incluso el Hummer de Jorge, que paso por las estrecheces sin problemas. Una breva parada en Calatañazor daba paso al siguiente tramo de ruta por en medio de un bosque de sabinas. Algunas pérdidas y mucho barro hicieron muy divertido este tramo de tarde. Casi de noche nos adentramos en el Pinar Grande, que bien podría haber parecido un paisaje canadiense a cualquiera. Ya de noche llegamos al hotel, donde pudimos comentar las incidencias del día en la cafetería.
Ya de noche volvimos a El Hachero para cenar y a la vuelta de nuevo en el salón de la chimenea compartimos un rato de tertulia.

El domingo amaneció un día más nublado, iniciamos la ruta casi enfrente del hotel internándonos en pistas entre pinos completamente nevadas. Todos íbamos superando perfectamente la ruta hasta Molinos de Duero, donde hicimos un breve alto para el café.
A continuación un vadeo del rio Duero, no permitido provoco el primer rato de divertimento del grupo al no caber el Hummer por el estrecho puente, teniendo que vadear por obligación con las consiguientes fotos y videos del resto del grupo además de la expectación de los lugareños.

A continuación iniciábamos la ascensión a las cumbres del Urbion, la pista según íbamos ascendiendo tenia mas nieve, hasta un punto donde el Gran Vitara de Carlos no fue capaz de avanzar más. Aquí comenzó una operación de rescate ya que 8 coches estaban en fila india y sin posibilidad de dar la vuelta.
Comenzamos con el de Nanda, que se atascaba en la nieva, otros subieron perfectamente marcha atrás como el Patrol GR de José, el Toyota Fj Cruiser de Emilio, hasta llegar a el Tuareg de Juanjo que tras muchos intento hubo que ponerle las cadenas en las 4 ruedas para sacarlo del agujero. Después el Hummer subió sin ningún problema ayudando al Grand Vitada de Carlos.
Tras casi dos horas de pelea en medio de la ventisca, regresamos por carretera hasta el restaurante Balcón de Brezal, donde Jaime y su madre nos esperaban con unas patatas con corzo.

Dimos por finalizada la ruta tras la comida, regresando casa uno a su destino.
Esperamos el año que viene poder repetir esta ruta, si las autoridades lo permiten un año más.
Hasta la próxima.
Texto y fotos: Eduardo Celdran

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